domingo, 14 de abril de 2024

¿Qué nos quiso enseñar Jesús con El Samaritano?

 

¿Qué nos quiso enseñar Jesús

con El  Samaritano?


Jesús enseño y mostro una de las cualidades más importante que un Buen Cristiano debe cosechar, que es el Altruismo, la cual viene a ser la punta de lanza de sus enseñanzas.

El altruismo va en contra de la naturaleza humana, y por eso ser altruista es mucho más difícil que ser egoísta. Es natural preocuparnos por nosotros mismos, mas sin embargo se nos alienta a pensar de forma egoísta desde todos los ámbitos. Sin embargo, el cristiano debe prestar atención diariamente a las palabras del apóstol Pablo: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20). Ningún creyente, joven o viejo, puede vivir una vida altruista sin una constante permanencia en el Señor Jesucristo, pues sólo a través de Él nuestras actitudes pueden ser cambiadas y moldeadas para adoptar comportamientos altruistas. Si Cristo realmente vive en nuestro hombre interior y nos mantenemos en sintonía con Él, deberíamos identificarnos con el Buen Samaritano, en vez de maravillarnos con su actitud.

 Un samaritano en la Biblia era una persona de Samaria, una región al norte de Jerusalén. En la época de Jesús, el pueblo judío de Galilea y Judea rechazaba a los samaritanos, considerándolos una raza mixta que practicaba una religión impura y medio pagana.

 Los samaritanos, como pueblo separado de los judíos, se mencionan por primera vez en la Biblia durante la época de Nehemías y la reconstrucción de Jerusalén después del cautiverio babilónico (Esdras 4:17; Nehemías 2:10). Tanto en Esdras 4 como en un conjunto de documentos arameos del siglo V a.C. conocidos como los Papiros de Elefantina se evidencia un conflicto entre los judíos y los samaritanos durante este periodo persa.

Los samaritanos se veían a sí mismos como los guardianes de la Torá y los verdaderos descendientes de Israel, de las tribus de Efraín y Manasés. Tenían su propia y única copia del Pentateuco, los cinco primeros libros de Moisés, y creían que sólo ellos conservaban la religión mosaica original. Los samaritanos también tenían un sistema religioso único y establecieron su lugar de culto principal en el monte Gerizim. Ellos consideraban ilegítimos el templo de Jerusalén y el sacerdocio levítico.

El historiador Josefo y la tradición judía ubican el origen de los samaritanos en el cautiverio del reino del norte bajo Asiria en el año 721 a.C. Los judíos del reino del norte se casaron con asirios después del cautiverio y resultaron en la raza samaritana mitad judía, mitad gentil. Cuando los judíos acusaron a Jesús de ser "samaritano" en Juan 8:48, estaban sugiriendo groseramente que era un mestizo, fruto de la infidelidad de su madre.

En los tiempos del Nuevo Testamento, los judíos despreciaban a los samaritanos y no querían saber nada de ellos. Los samaritanos seguían viviendo principalmente alrededor del monte Gerizim (Juan 4:1-42), pero también se mantenían en sus propias aldeas (Mateo 10:5; Lucas 9:52). Las Escrituras hablan de encuentros con samaritanos en los pueblos que bordean Samaria (Lucas 17:11-19) y en los caminos entre Jerusalén y Jericó (Lucas 10:29-37).

Jesús tuvo dificultades para atender a la gente en las aldeas samaritanas (Lucas 9:52-53) y en un momento dado dijo a Sus discípulos que no entraran en ellas (Mateo 10:5-6). No obstante, Cristo compartió las buenas noticias con los samaritanos, ministrando a una mujer samaritana (Juan 4:4-26) y sanando a un leproso samaritano (Lucas 17:11-19).

El samaritano más reconocido en la Biblia es el de la parábola de Jesús sobre el buen samaritano (Lucas 10:29-37). Un experto en leyes judías había puesto a prueba a Jesús, pidiéndole que explicara el mandamiento de "amar al prójimo como a uno mismo"; concretamente, le pidió que definiera la palabra prójimo.

En ese momento, Jesús relató Su parábola del hombre necesitado, presentando al samaritano como el héroe de la historia. Dios y su hijo Cristo utilizan siempre los modelos más insólitos o revelan y hacen las peticiones más extrañas a nuestros oídos, pero todo con propósito bueno, como cuando pidió al Profeta Oseas que fuera al pueblo y tomara una prostituta como esposa y tuviera hijos con ella. A los ojos del experto, el samaritano era el candidato menos indicado para actuar con amor y compasión hacia su prójimo. Tal y como se pretendía, la historia escandalizó a los judíos llenos de prejuicios a los que Cristo se dirigía. El Señor demostró que el auténtico amor debe trascender todas las fronteras humanas de raza, religión, nacionalidad, clase económica y nivel educativo.

En Hechos 1:8, Jesús dijo a Sus discípulos que, por el poder del Espíritu Santo, serían sus testigos en Samaria. En Hechos 8 la profecía se cumplió, y Samaria se convirtió en un campo misionero de la iglesia del primer siglo que se estaba expandiendo: "Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad" (Hechos 8:4-8).

Hoy en día, varios cientos de samaritanos sobreviven en Israel y siguen practicando su secta del judaísmo. La fe se concentra en cinco afirmaciones: hay un solo Dios, Yahvé; Su principal mediador es Moisés; la Torá es la vía de mediación; el lugar central de culto es el monte Gerizim; y el Mesías comenzará en el futuro el Día de la Venganza y la Recompensa.

Los samaritanos celebran varios días sagrados, entre ellos la Pascua; las fiestas de los Panes sin Levadura, el Yom Kippur y los Tabernáculos; y los "80 días de asamblea solemne". Así mismo celebran regularmente los servicios sabáticos. Su fiesta anual más solemne, la Pascua, se celebra en el monte Gerizim con sacrificios de animales, tal como se prescribe en el libro del Deuteronomio.

El altruismo va en contra de la naturaleza humana, y por eso ser altruista es mucho más difícil que ser egoísta. Es natural preocuparnos por nosotros mismos, mas sin embargo se nos alienta a pensar de forma egoísta desde todos los ámbitos. Sin embargo, el cristiano debe prestar atención diariamente a las palabras del apóstol Pablo: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20). Ningún creyente, joven o viejo, puede vivir una vida altruista sin una constante permanencia en el Señor Jesucristo, pues sólo a través de Él nuestras actitudes pueden ser cambiadas y moldeadas para adoptar comportamientos altruistas. Si Cristo realmente vive en nuestro hombre interior y nos mantenemos en sintonía con Él, deberíamos identificarnos con el Buen Samaritano, en vez de maravillarnos con su actitud.

La característica de ser altruista es uno de los rasgos más importantes que puede tener cualquier cristiano. Es algo tan significativo que Jesús dijo que es el segundo mandamiento más importante de todos los mandamientos de Dios: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:31;  y. Gálatas 5:14). Jesús no estaba creando una nueva ley, simplemente estaba coincidiendo con una ley del Antiguo Testamento (Levítico 19:18) y exponiéndola. Santiago la denomina ley "real" para recalcar la importancia que tiene para Dios (Santiago 2:8).

Jesús tuvo mucho que decir sobre el altruismo durante Su ministerio terrenal. En el Sermón del Monte, va más allá de lo que algunos pueden considerar como desinterés: ayudar a un amigo, atender a un cónyuge, cuidar a un hijo enfermo, etc. Jesús va más allá de las expectativas normales: debemos amar a nuestros enemigos y orar por los que nos persiguen (Mateo 5:44). Jesús enseñó que es fácil amar a un amigo o a un cónyuge; incluso los no creyentes lo hacen (Mateo 5:47). El cristiano debe amar a los que no son fáciles de amar, porque así nos parecemos más a Dios, quien da bendiciones a todos (Mateo 5:45). Es difícil dejar a un lado los sentimientos heridos y los corazones lastimados, sin embargo hermanos, eso es parte de ser altruista.

Como en tantas otras situaciones, Jesús es el máximo ejemplo de altruismo. Cuando vino a este mundo, "se despojó a sí mismo" y tomó "forma de siervo" (Filipenses 2:7). Ahora, como seguidores de Cristo, debemos "tener el mismo sentir" (Filipenses 2:5). Jesús no vino para Su propio beneficio, sino para el nuestro. Vino a ministrarnos y a morir por nosotros: "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45).

Que Dios les bendiga

 

Francis Suarez

 

 


domingo, 7 de abril de 2024

¿ Hechos 2:38 en verdad enseña que el bautismo es necesario para la salvación?

 

¿ Hechos 2:38 en verdad enseña que el bautismo es necesario para la salvación?



En esta ocasión vamos a analizar esta cita profundamente para desvelar su verdadera exegesis, ya que es muy mal entendida. Hechos 2:38 , “Y Pedro les dijo: 'Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo'”. Como ocurre con cualquier versículo o pasaje, discernimos lo que enseña filtrándolo primero a través de lo que sabemos que la Biblia enseña sobre el tema en cuestión. En el caso del bautismo y la salvación, la Biblia es clara en que la salvación es por gracia mediante la fe en Jesucristo, no por obras de ningún tipo, incluido el bautismo ( Efesios 2:8-9 ). Entonces, cualquier interpretación que llegue a la conclusión de que el bautismo, o cualquier otro acto, es necesario para la salvación, es una interpretación defectuosa. Para obtener más información, visite nuestra página web en " Por ejemplo, cuando uno dice "Tome dos aspirinas para el dolor de cabeza", es obvio para todos que no significa "tome dos aspirinas para aliviar el dolor de cabeza", sino “toma dos aspirinas porque ya te duele la cabeza”. Hay tres significados posibles de la palabra “para” que podrían encajar en el contexto de Hechos 2:38 : 1—“para ser, llegar a ser, obtener, tener, conservar, etc.”, 2—“a causa de, como el resultado de”, o 3—“con respecto a”.

 Dado que cualquiera de los tres significados podría encajar en el contexto de este pasaje, se requiere un estudio adicional para determinar cuál es el correcto. Necesitamos comenzar mirando hacia el idioma original y el significado de la palabra griega eis. una palabra griega común (se usa 1774 veces en el Nuevo Testamento) que se traduce de muchas maneras diferentes. Al igual que la palabra inglesa "para", puede tener varios significados diferentes. Entonces, nuevamente, vemos al menos dos o tres significados posibles de el pasaje, uno que parecería apoyar que el bautismo es necesario para la salvación y otros que no. Si bien ambos significados de la palabra griega eis se ven en diferentes pasajes de las Escrituras, eruditos griegos tan destacados como AT Robertson y JR Mantey han sostenido que la preposición griega eis en Hechos 2:38 debe traducirse “a causa de” o “en vista de”, y no “para” o “con el propósito de”.

¿Por qué, entonces, algunos llegan a la conclusión de que debemos ser bautizados para ser salvos? A menudo, la discusión sobre si este pasaje enseña o no que el bautismo es necesario para la salvación se centra en la palabra griega eis que se traduce “para” en este pasaje. Aquellos que creen que el bautismo es necesario para la salvación se apresuran a señalar este versículo y el hecho de que dice “sed bautizados en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados”, suponiendo que la palabra traducida “para” en este versículo significa “para obtener”. Sin embargo, tanto en griego como en inglés, hay muchos usos posibles de la palabra “para”.

 Juan 11:25-26 ; Hechos 10:43 ; Hechos 13:39 ; Hechos 16:31 ; Hechos 26:18 ; Romanos 10:9 ; Efesios 1:12-14 ). Esta interpretación del pasaje también es consistente con el mensaje registrado en los siguientes dos sermones de Pedro a los incrédulos donde asocia el perdón de los pecados con el acto de arrepentimiento y fe en Cristo sin siquiera mencionar el bautismo ( Hechos 3:17-26 ; Hechos 4: 8-12 ).

Además de Hechos 2:38 , hay otros tres versículos donde la palabra griega eis se usa junto con la palabra “bautizar” o “bautismo”. El primero de ellos es Mateo 3:11 , "bautizaros en agua para arrepentimiento". Es evidente que la palabra griega eis no puede significar “para obtener” en este pasaje. No fueron bautizados “para obtener arrepentimiento”, sino “bautizados porque se habían arrepentido”. El segundo pasaje es Romanos 6:3 donde tenemos la frase “bautizados en (eis) Su muerte”. Esto nuevamente encaja con el significado "a causa de" o "con respecto a". El tercer y último pasaje es 1 Corintios 10:2 y la frase “bautizado en (eis) Moisés en la nube y en el mar”. Nuevamente, eis no puede significar “para obtener” en este pasaje porque los israelitas no fueron bautizados para que Moisés fuera su líder, sino porque él era su líder y los había sacado de Egipto.

Por lo tanto, Hechos 2:38 , cuando se interpreta correctamente, no enseña que el bautismo sea necesario para la salvación.

Les recordare que en los mandamientos de Pedro de arrepentirse y ser bautizado, el verbo griego traducido “arrepentirse” está en la segunda persona del plural, mientras que el verbo “ser bautizado” está en la tercera persona del singular. Cuando combinamos esto con el hecho de que el pronombre “tu” en la frase “perdón de tus pecados” también es segunda persona del plural, vemos que se hace una distinción importante que nos ayuda a entender este pasaje. El resultado de este cambio de segunda persona del plural a tercera persona del singular y viceversa parecería conectar la frase “perdón de tus pecados” directamente con el mandamiento de “arrepentirte”. Por lo tanto, cuando tomas en cuenta el cambio en persona y pluralidad, esencialmente lo que tienes es “Os arrepentís (plural) para el perdón de vuestros pecados (plural), y sed bautizados cada uno (singular) de vosotros (singular). " O, para decirlo de una manera más clara: “Arrepiéntanse todos para el perdón de todos sus pecados, y sea bautizado cada uno de ustedes”. Hay una diferencia importante entre una condición de salvación y un requisito para la salvación. La Biblia es clara en cuanto a que creer es tanto una condición como un requisito, pero no se puede decir lo mismo del bautismo. La Biblia no dice que si un hombre no es bautizado no será salvo. Uno puede agregar cualquier cantidad de condiciones a la fe (que se requiere para la salvación), y la persona aún puede ser salva.

La doctrina que enseña que el bautismo es necesario para la salvación es lo que a veces se llama la falacia de la inferencia negativa. En pocas palabras, esta es la idea de que sólo porque una afirmación es verdadera, no podemos asumir que todas las negaciones (u opuestos) de esa afirmación son verdaderas. En otras palabras, sólo porque Hechos 2:38 dice “arrepentíos y bautícese… para perdón de los pecados… y el don del Espíritu Santo”, no significa que si uno se arrepiente y no es bautizado, no recibirá el perdón. de los pecados o el don del Espíritu Santo. El hecho de que no se requiere el bautismo para recibir el perdón y el don del Espíritu Santo también debería ser evidente simplemente leyendo un poco más en el libro de los Hechos. En Hechos 10:43 , Pedro le dice a Cornelio que “por su nombre todo el que cree en él recibe perdón de pecados” (tenga en cuenta que hasta este punto no se ha mencionado nada sobre el bautismo, sin embargo, Pedro conecta creer en Cristo con el acto de recibir perdón de los pecados). Lo siguiente que sucede es que, habiendo creído el mensaje de Pedro acerca de Cristo, “el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el mensaje” ( Hechos 10:44 ). Sólo después de haber creído y, por lo tanto, recibido el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo, Cornelio y su casa fueron bautizados ( Hechos 10:47-48 ). El contexto y el pasaje son muy claros; Cornelio y su casa recibieron tanto el perdón de los pecados como el Espíritu Santo antes de ser bautizados. De hecho, la razón por la que Pedro les permitió ser bautizados fue porque mostraron evidencia de haber recibido el Espíritu Santo “tal como lo habían hecho Pedro y los creyentes judíos”. En conclusión queridos lectores y hermanos en la Fe, Hechos 2:38 no enseña que el bautismo sea necesario para la salvación. Si bien el bautismo es importante como señal de que uno ha sido justificado por la fe y como declaración pública de la fe en Cristo y de membresía en un cuerpo local de creyentes, no es el medio de remisión o perdón de pecados. La Biblia es muy clara en que somos salvos únicamente por gracia mediante la fe únicamente en Cristo ( Juan 1:12 ; Juan 3:16 ; Hechos 16:31 ; Romanos 3:21-30 ; Romanos 4:5 ; Romanos 10:9). -10 ; Efesios 2:8-10 ; Filipenses 3:9 ; Gálatas 2:16 ). Amen

 

Francis Suarez

 

Agradecimientos especiales a

Got Questions,org

Estudios Biblicos y

Grace Thru Faith

 


sábado, 30 de marzo de 2024

Exégesis de: Génesis 3:15

 

Exégesis de: Génesis 3:15



[15] Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

Nuestro Señor Jesús es la simiente perfecta de la mujer que quito nuestra enemistad con Dios, es el Pan de vida.

En Génesis 3:15 Dios está hablando a la serpiente quien es Satanás y le dice: «Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar». Es importante notar que esta enemistad entre la serpiente y la mujer es una promesa de salvación que vendría de la simiente de la mujer. La simiente de la mujer significa los hijos de Eva, el linaje que vendría de la descendencia de Adán y Eva. Vemos que "a través de las edades los comentaristas bíblicos han apuntado a Génesis 3.15 como el «protoevangelio». Proto quiere decir «primero», así que apuntan a este texto como conteniendo el primer anuncio de perdón y restauración para el hombre caído". Sabemos que, en la caída del hombre, ahora el hombre ha estado enemistado contra Dios, igual Satanás quiere destruir a la simiente de la mujer ya que de la simiente de la mujer vendría un salvador. Así como Dios prometió la simiente que vencería a Satanás, asimismo prometió darnos un nuevo corazón y poner el Espíritu Santo en nosotros (Ez 36:26-27; Jn 14:17). Hoy podemos decir que nos ha hecho nacer de nuevo y nos ha rescatado de nuestra vana manera de vivir y resucitado de nuestro estado de muerte espiritual y nos ha reconciliado con Dios. Todo esto logrado por la simiente de la mujer que habla en Génesis 3:15 es decir; Jesús.  La victoria no será fácil, sin embargo, por eso habrá un conflicto intenso con la simiente de la serpiente. En la línea del tiempo de la historia de la Biblia Jesús el Cristo es la simiente predicha (Gal 3:16), quien triunfará sobre Satanás por medio de su muerte y resurrección". Jesús es el Mesías prometido que mediante su vida, muerte y resurrección venció a Satanás y nos llevo a reconciliarnos con Dios Padre y ahora permanece en nosotros y nos ha libertado de la esclavitud del pecado. Mira lo que dice 1 Juan 3:9: " Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios". Sabemos que ahora estamos en Cristo y el evangelio de las buenas nuevas nos hace reconocer nuestro pecado e incapacidad y ver al único merecedor de gloria y alabanza nuestro rey y salvador Jesucristo.

 Aplicación en nuestras vidas.

 Todos hemos pecado, todos en algún momento estábamos enemistados contra Dios. Sin embargo, en Cristo el cual es la simiente perfecta de la mujer nos ha dado vida y salvación. Jesús nos ha perdonado y salvado, ya no hay enemistad contra Dios para los que están en Cristo porque Jesús ha vencido al pecado y la muerte. Ahora hemos sido reconciliados con Dios en Cristo. Romanos 5:10 dice: “Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida”. ¡Qué hermosa esperanza! En este día gózate en tu Señor y Salvador. Alégrate en Cristo tu Rey porque él ha vencido.

domingo, 10 de marzo de 2024

La adoración que agrada a Dios el éxito de un Cristiano Juan 4:20-24

 

La adoración que agrada a Dios

  el éxito de un Cristiano Juan 4:20-24



(Jn 4:20-24) "Le dijo la mujer: Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren."

Introducción

Durante su conversación con la samaritana, el Señor abordó el tema de la adoración con una amplitud y profundidad completamente nuevas. De esta manera contestó a las inquietudes de la mujer, dejándonos también a nosotros una información muy valiosa que necesitamos para poder ofrecer a Dios una adoración que sea de su agrado. Porque no debemos olvidar que adorar a Dios es un asunto muy serio que no podemos tomar a la ligera. Y el pasaje que vamos a estudiar nos advierte de la posibilidad de creer que estamos adorando a Dios, cuando en realidad lo que hacemos puede ser otra cosa muy distinta. Por ejemplo, el Señor descalificó la adoración de los samaritanos cuando le dijo a la mujer: "vosotros adoráis lo que no sabéis". Por lo tanto, es importante que aprendamos por su Palabra cómo debemos hacerlo para no cometer errores similares.

A continuación haremos algunas aclaraciones sobre lo que es la adoración, cuáles son sus características a la luz de la Biblia, y consideraremos también la enseñanza que Jesús dio sobre el tema a la mujer samaritana.

1. ¿Qué es la adoración?

Adorar a Dios es la actividad más noble, elevada e importante que el ser humano puede realizar.

Sabían hermanos que Fuimos creados para eso, cuando el hombre pecó rompiendo así su relación con Dios, él envió a su propio Hijo con el fin de redimirnos para que pudiéramos ser nuevamente verdaderos adoradores. Esto es lo que Jesús quería dar a entender a la mujer cuando le dijo: "el Padre tales adoradores busca que le adoren". Tan importante es el tema, que la adoración será nuestra actividad principal durante toda la eternidad. Lo podemos comprobar con frecuencia en el libro de Apocalipsis, donde todos los seres celestiales adoran a Dios sin cesar.

(Ap 4:8-11) "Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas."

Ahora bien, cuando nos preguntamos qué es la adoración, encontramos que, como es habitual en la Biblia, ésta no nos ofrece ninguna definición, sino que su forma de enseñarnos es mostrándonos numerosos ejemplos de personas que adoraban a Dios con el fin de que a través de ellos podamos aprender cómo debemos hacerlo nosotros.

Así pues, lo primero que observamos en las Escrituras es que un adorador es alguien que tiene una relación personal con Dios al que ama intensamente. Notemos por ejemplo cómo el rey David comenzaba el Salmo 18 expresando su amor a Dios: "Te amo, oh Jehová", para inmediatamente después invocarle porque reconocía que "es digno de ser alabado" (Sal 18:1-3). Como no puede ser de otra manera, es nuestro amor a Dios lo que nos lleva a adorarle. Aunque, por supuesto, este amor es una pobre respuesta al gran amor que hemos recibido de él (1 Jn 4:10). Por lo tanto, si la adoración no surge como una respuesta genuina de nuestro amor a Dios, todo lo que hagamos no pasará de ser simples ritos religiosos fríos y secos, carentes de significado, y que de ninguna manera agradarán a Dios.

Ahora bien, todos sabemos que el verdadero amor a Dios implica entrega absoluta. El Señor nos enseñó que para amarle hay que hacerlo con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (Mt 22:37). Así pues, la adoración genuina implica la entrega de todo lo que somos como una ofrenda de amor.

Así que, podríamos decir que la adoración es una "ofrenda del todo quemada", donde el adorador no se queda nada para sí mismo, sino que se entrega sin reservas a Dios, consagrándole su vida entera a él. Parece que el apóstol Pablo tenía este tipo de sacrificio en mente cuando exhortaba a los cristianos en Roma:

(Ro 12:1) "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional."

Y si meditamos un poco más en esto, rápidamente nos daremos cuenta de que la expresión plena de este tipo de devoción la encontramos en Cristo cuando entregó su vida al Padre en la Cruz:

(Ef 5:2) "Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante."

La conclusión de todo esto queridos hermanos es que no podemos reducir nuestra adoración a unas bonitas expresiones de nuestros labios, porque recuerden antes de que Dios escuche lo que decimos, primeramente mira nuestros corazones. Esta fue la razón por la que tanto Jesús como los profetas del Antiguo Testamento tuvieron que reprender reiteradamente al pueblo de Israel:

(Mr 7:6) "Respondiendo él, les dijo: Hipócritas bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí."

Ahora bien, una vez que hemos señalado que la adoración surge de un corazón que ama y se entrega completamente a la voluntad de Dios, hay que decir también que le adoramos cuando nos dirigimos a él para expresarle la admiración que le profesamos. Esto lo podemos hacer principalmente por medio de la oración y también del canto.

(He 13:15) "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre."

Por supuesto, esta admiración surge y crece en nosotros al considerar por medio de su Palabra cómo es él; su naturaleza, sus atributos, su carácter y también sus obras. Es entonces cuando nos rendimos a él mientras nos deleitamos en contemplar de forma reverente su gloria, porque ya no andamos por vista sino por fe hermanos y esta fe es la que nos salvara. Bien lo dijo el Profeta Habacuc.

Habacuc 2:4

4 He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.

¿Qué dice Romanos 3 22?

22 Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen.

Hebreos 10:38-39 RVR1960

Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

¿Qué dice Gálatas 3 11?

11 Y que por la ley ninguno se justifica ante Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá.

¿Quién fue y Cuál era la misión de Habacuc?

Habacuc fue un profeta y escritor hebreo y un gran Adorador , que vivó probablemente entre los siglos VII y VI a. C. Es considerado el octavo de los 12 profetas menores del Antiguo Testamento.

Fecha de nacimiento: 626 a.C. Ocupación: Profeta, escritor

Habacuc hizo varias referencias a acontecimientos de la época de Moisés y de Josué. Cualquier persona familiarizada con esos acontecimientos bíblicos los reconocerá inmediatamente. El propósito de la oración de Habacuc fue pedir que Jehová regresara y sostuviera a Israel como en los días antiguos.

Para terminar hermanos es importante aclarar que la adoración va más allá de nuestras acciones de gracias por sus bendiciones recibidas. Debemos notar la diferencia entre adoración y acción de gracias. Porque mientras que en la acción de gracias el foco de nuestra atención está en las cosas que hemos recibido de Dios, en la adoración la atención se centra en lo que Dios mismo es. Reconociendo su grandeza , amor, poder y Gloria.

(Juan 4:23) “. Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.”

 

Francis Suarez


domingo, 11 de febrero de 2024

EL LADRÓN ARREPENTIDO (La Verdadera Exégesis de (Lucas23:43)Vamos al cielo)

 

EL LADRÓN ARREPENTIDO

 (La Verdadera Exégesis de (Lucas23:43)Vamos al cielo)



Los que enseñan la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma siempre citan siempre el pasaje de Lucas 23:43, referente al ladrón arrepentido para apoyar su doctrina.

Hagamos un análisis sencillo de esas palabras de Jesús registradas en Lucas 23:43. Jesús estaba crucificado, y uno de los ladrones que estaba crucificado junto a Jesús le dijo al otro ladrón: "Nosotros a la verdad justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; más éste [Jesús] ningún mal hizo." (v.41).

Luego, volviéndose a Jesús, le dijo: "Acuérdate de mí CUANDO VENGAS EN TU REINO" (v.42). Observe que el ladrón arrepentido no le pidió a Jesús que se acordara de él cuando su alma se fuera al cielo, sino que se acordara de él cuando Jesús VINIERA en su reino, es decir, cuando REGRESARA A LA TIERRA CON GRAN PODER Y GLORIA. ¡¡El ladrón arrepentido CREYÓ EN LA FUTURA VENIDA GLORIOSA DEL MESÍAS PARA REINAR!!.

El ladrón arrepentido, como judío que era, no creía en la doctrina diabólica de la inmortalidad del alma. El creyó las palabras de Jesús, y en su promesa de regreso a la tierra para reinar. Este personaje seguro que había escuchado en otras ocasiones los discursos de Jesús, y le había oído hablar de la futura venida gloriosa del Hijo del hombre para reinar.

Esa petición del arrepentido ladrón a Jesús implica lo siguiente:

1. Para el ladrón arrepentido Jesús era un rey, pero que aún no había recibido el reino, porque dice que se acuerde de él cuando venga en su REINO.

2. En algún tiempo futuro Jesús vendrá en su reino.

3. Cuando Jesús venga en la gloria de su reino, entonces se acordará del ladrón arrepentido, y lo devolverá a la vida, es decir, el arrepentido ladrón también creyó que, cuando Jesús venga en gloria, le RESUCITARÁ.

Veamos ahora la respuesta de Jesús.

La traducción literal del texto griego de Lucas 23:43 es la siguiente: "DE CIERTO TE DIGO HOY CONMIGO ESTARAS EN EL PARAISO". Esta es la verdadera traducción. La palabra "que" no aparece en el texto griego, sino que fue añadida por los traductores de la cristiandad; el texto griego tampoco tiene comas ni puntos.

Jesús estaba usando la palabra "hoy" de la misma forma que se utiliza en muchas partes de las Escrituras del Antiguo Pacto, con el fin de reforzar una afirmación anterior. Veamos los siguientes tres ejemplos bíblicos: "Yo pongo HOY por testigos al cielo y a la tierra... Aprende pues, HOY, y reflexiona en tu corazón... Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando HOY..."

(Deuteronomio 4:26, 39, 40).

Declarar algo "hoy" equivalía a hacer una afirmación solemne y con autoridad, y de una certeza total. Por lo tanto, cuando Jesús dijo al ladrón arrepentido "DE CIERTO TE DIGO HOY CONMIGO ESTARÁS EN EL PARAISO", de ninguna manera le estaba diciendo que ese mismo día estaría con él en el Paraíso, sino que en ese mismo día le estaba asegurando solemnemente que estaría con él en el Paraíso, ¡en tiempo futuro! Por lo tanto, el ladrón arrepentido podía tener la completa seguridad de que estaría con Jesús en el Paraíso, PERO NO CUANDO MURIERA,

sino cuando Jesús VINIERA EN SU REINO.

¿A qué hora habría muerto?

Las horas del día estaban divididas en cuatro partes: la hora tercera sería aproximadamente a las 09:00 AM, la sexta, 12:00 MD; la novena, 03:00 PM y la doceava a las 06:00 PM; por lo que podemos decir que Jesús murió aproximadamente a las tres de la tarde que es la hora novena.(Mteo 27;35-46)  Leamos Juan 19: 30-34.

También es de vital importancia tener en cuenta dos cosas:

1) El día bíblico, como se mencionó anteriormente, es de tarde a tarde, de 06:00 PM a 06:00 PM. Según levíticos 23:32, el cual dice: "Día de reposo será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo". 

2) Jesús fue crucificado en la pascua o preparación de la pascua según Lucas 23:53-54 "Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie. Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo".

Hubieron dos días de reposo

Cuando leemos en Levíticos 23:5 la Biblia nos dice: "En el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos tardes, pascua es de Jehová". El mes primero de los Israelitas es Nisan, Jesús murió el catorce de ese mes ya que en ese día se celebraba la pascua y él era el cordero pascual tal como dijo Juan el bautista: "éste es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Juan 1:29). 

Si seguimos leyendo el siguiente versículo, de Levíticos 23, encontramos que el verso 6 declara que "a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin levadura a Jehová; siete días comeréis panes sin levadura" en otras palabras el quince de Nisan comenzaba esta fiesta, pero en el versículo 7 leemos "el primer día tendréis santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis", es decir, que el primero de esos siete días, el quince de Nisan, sería día de reposo.

En Marcos 16:1 dice: "Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle", dicho de otra manera, leeríamos cuando paso el 15 de Nisan, el cual fue día de reposo, compraron especias aromáticas, las compraron el 16 de Nisan. 

En ese mismo día (16 de Nisan), en Lucas 23:56 se nos dice que "vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento" es decir, que el mismo 16 de Nisan las prepararon, pero descansaron el 17 de Nisán, el cual era día de reposo conforme al mandamiento de Éxodo 20:10 "más el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas", el séptimo día es el que conocemos como sábado, esto fue el 17 de Nisan. 

Jesús no fue al cielo (el Paraíso) cuando murió, porque después de resucitar él dijo a María Magdalena que AUN NO HABÍA SUBIDO AL PADRE (Jn.20:17), y el Padre está en el CIELO (Mt.6:9). Jesús cuando murió fue al SEPULCRO, al reino de los muertos, es decir, al HADES, así lo dijo el propio Jesús: "Estará el Hijo del Hombre EN EL CORAZÓN DE LA TIERRA tres días y tres

noches" (Mateo 12:40). "Corazón" es un modismo hebreo para expresar "en medio de". Jesús estaba diciendo bien claro que estaría muerto en el interior de la tierra, sepultado. El propio Apóstol Pedro dijo en su primer discurso a los judíos de Jerusalén que el alma (la vida) de Jesús estuvo en el HADES, es decir, en el reino de la muerte, y al tercer día volvió a vivir, resucitó (Hch.2:31-32).

Sobre esto mencionando al Rey David de ejemplo dijo que su sepulcro estaba con ellos y que David no subió al cielo. (Verso 29 y 34).   Así que,  Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo.  Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre,  para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna. (Juan 3:13-15)

Por lo tanto, JESÚS NO ESTUVO VIVO EN NINGÚN LUGAR ENTRE SU MUERTE Y RESURRECCIÓN, sino que estuvo bajo el poder de la MUERTE, es decir, en el HADES. La doctrina de que Jesús estuvo vivo entre su muerte y resurrección en un "más allá" es una vulgar doctrina de demonios, opuesta completamente al Evangelio. Jesús murió realmente, y VOLVIÓ A VIVIR CUANDO RESUCITÓ, por lo tanto, él no estuvo vivo entre su muerte y resurrección.  VEAMOS.

¿Fue Elías al cielo? Jesús dijo que nadie, excepto Él

Según 2 Reyes 2:11-12, “Elías subió al cielo en un torbellino” y Génesis 5:24 dice que “Enoc caminó con Dios, entonces ya no existía más, porque Dios se lo llevó”. Ambos pasajes implicarían que Elías y Enoc fueron al cielo, cierto, pero no lo tomen así. También se implica que Abraham, Isaac y Jacob están vivos y con el Señor en el cielo, pero porque, por la cita de : (Lucas 20:38) y todos los que son el pueblo de Dios estarán en el cielo cuando mueran y sean resucitados para juicio. 

Veamos ahora el significado de la palabra "Paraíso". La palabra "paraíso" viene del idioma antiguo de los persas, y significa simplemente un jardín o parque repleto de placeres y maravillas. Pues bien, esa palabra tiene DOS aplicaciones en la Biblia, como veremos ahora, uno es TERRENAL y el otro es CELESTIAL. En Isaías 51:3 leemos lo siguiente:

"Ciertamente consolará IEVE a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en PARAÍSO, y su soledad en huerto de IEVE; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto".

Como podemos ver, esa profecía de Isaías es completamente TERRENAL, no celestial, y se refiere al futuro glorioso de Sion, cuando el IEVE transformará el desierto en Paraíso, en huerto de IEVE, lleno de alegría y gozo o placeres maravillosos para la gente que viva en ese nuevo mundo.

Sin embargo, el Paraíso que encontramos en las Escrituras del Nuevo Pacto es

CELESTIAL. Veamos: "Conozco a un hombre en el Mesías, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta EL TERCER CIELO. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), que fue arrebatado AL PARAÍSO, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar" (2ª Corintios 12:2-4). En ese pasaje de Pablo se identifica claramente al Paraíso con el TERCER CIELO. Por lo tanto, tenemos un Paraíso terrenal, que vendrá a la tierra en el futuro, y tenemos un Paraíso CELESTIAL que ya existe en el tercer cielo, y es en ese Paraíso del tercer cielo donde Dios tiene su morada (Mt.6:9).

Veamos ahora este otro texto donde aparece la palabra Paraíso: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del PARAÍSO de Dios." (Apocalipsis 2:7). El anterior pasaje dice que el Paraíso de Dios está allá donde se encuentra el árbol de la vida, ¿y donde está el árbol de la vida? Dicho árbol estuvo un día en la tierra, en el jardín del Edén (Gen.2:9), pero ya no está en esta tierra, sino que fue llevado al tercer cielo. En Apocalipsis 22:2 leemos que el árbol de la vida está en la NUEVA JERUSALÉN CELESTIAL, en medio de la calle de esa ciudad, y las hojas de ese árbol servirán para la sanidad de las naciones. Por consiguiente, ya sabemos qué es el Paraíso, y donde se encuentra. El Paraíso es el tercer cielo, es decir, la NUEVA JERUSALÉN, y el Paraíso también es el vergel maravilloso que vendrá la tierra cuando venga la gloria de Sion. Cuando Jesús dijo al ladrón arrepentido que estaría con él en el Paraíso, lo que Jesús le estaba prometiendo es que cuando él venga del cielo como Rey, con gran poder y gloria, entonces el ladrón arrepentido estará con él en el Paraíso o vergel maravilloso que comenzará en la tierra cuando el Señor Jesús, el Mesías, venga en gloria a gobernar las naciones del mundo.

 

Francis Suarez

 

 


domingo, 4 de febrero de 2024

Los creyentes en la gloria

 

Los creyentes en la gloria

(Juan 17:24-26)



Muchas veces la oración de Jesús se había centrado en los discípulos durante su paso por este mundo, pero ahora el asunto por el que oraba por ellos es diferente. No se trata ya de su salvación, o de su santificación, sino de su glorificación. Por lo tanto, el Señor habla a continuación de la participación de sus discípulos en su futura gloria con él, emulando así el mismo trato para todos aquellos creyentes que decidieron aceptarle y servirle, en conjunto los que conforman su Iglesia.

"Quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo" Expreso

(Jn 17:24) "Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo."

El uso del tiempo presente que el Señor emplea aquí ("donde yo estoy"), no se refiere a su ubicación en Jerusalén, rumbo a Getsemaní, sino en la gloria donde él estaría en poco tiempo. Tal era su certeza en que sería glorificado junto al Padre que lo presenta una vez más como un hecho consumado. Es evidente que él veía ya su victoria y regreso triunfal a lo más alto del cielo, pero pensando en ello, su deseo íntimo era que los creyentes se unieran a él en su gloria eterna.

Notemos bien que el Señor no sólo quiere que seamos llevados al cielo, aunque evidentemente esto está incluido en su petición, sino que lo que pide expresamente es que "estén conmigo". El amor de Cristo no quedará satisfecho hasta que cada miembro de su pueblo esté con él para siempre en su gloria.

Ahora hermanos encontramos un equilibrio perfecto en las palabras del apóstol Pablo:

(Fil 1:21-26)Dice : "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y gozo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presencia otra vez entre vosotros."

Para Pablo había un propósito en quedar en esta vida presente, y como vemos, no era disfrutar de las cosas del mundo, sino servir a Dios y a los hermanos dentro del ámbito del Reino de Dios. Pero por otro lado, no dejaba de desear "partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor".

Seguramente exclamaremos algo parecido a lo que dijo la reina de Sabá cuando conoció a Salomón:

(2 Cr 9:5-6) "Y dijo al rey: Verdad es lo que había oído en mi tierra acerca de tus cosas y de tu sabiduría; Mas yo no creía las palabras de ellos, hasta que he venido, y mis ojos han visto: y he aquí que ni aun la mitad de la grandeza de tu sabiduría me había sido dicha; porque tú superas la fama que yo había oído."

En todo caso, si viéramos todo este asunto con cordura espiritual, deberíamos empezar por admirarnos de que el Señor quiera estar con nosotros toda la eternidad. No hay ningún misterio en que nosotros queramos estar con él, pero sí en que él quiera pasar la eternidad con personas como nosotros.

"Para que vean mi gloria que me has dado"

Pero el Señor no sólo quiere que sus discípulos estén con él, sino también quiere que contemplen su gloria. Surge entonces la pregunta: ¿a qué gloria se refiere?

Puede entenderse como una referencia a la gloria de su naturaleza humana después de la ascensión (Fil 3:21), o a la gloria que Cristo tiene ahora como Redentor y Cabeza de la Iglesia. El Apóstol Pablo habla de ella de esta forma:

(Ef 1:20-23) "...la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo."

Notemos hermanos que en su oración el Señor agrega que esta gloria le fue dada por el Padre, "porque me has amado desde antes de la fundación del mundo". El Padre había ordenado esa gloria para su Hijo por esa razón, porque amaba a su Hijo desde la eternidad.

Sólo esto puede llenar una eternidad entera de un gozo sin fin. ¿Qué otra cosa lo podría hacer? Cuando pensamos en una eternidad sin fin, fácilmente podríamos pensar que llegará un momento en que podremos ser sumidos en el aburrimiento o la monotonía, pero disfrutar de la gloria de Cristo será un deleite sin fin, siempre nuevo y maravilloso. Recordemos lo que dijo el apóstol Pablo:

(1 Co 2:9) "Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman."

Pero, además de todo lo anterior, en el plan misericordioso de Dios los creyentes no sólo ven la gloria de Cristo, sino que también participan de ella:

(Col 3:4) "Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria."

(Ro 8:18) "Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse."

Esto implica que los creyentes serán transformados a la imagen de Cristo glorificado.

"Padre justo, el mundo no te ha conocido"

(Jn 17:25) "Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste."

Cuando anteriormente el Señor había pedido santificación para sus discípulos, se dirigió al Padre como "Padre santo", ahora, cuando está tratando del destino eterno de los hombres, se dirige a él como "Padre justo", y lo que pretende resaltar con ello es que es justo salvar a los que han creído en él y llevarlos a la gloria eterna, del mismo modo que es justo dejar fuera a aquellos que no han querido creer en él.

"Les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún"

(Jn 17:26) "Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos."

Aquí el Señor resume lo que había hecho y lo que aún haría por sus discípulos. En primer lugar les había dado a conocer al Padre ("les he dado a conocer tu nombre"), pero seguiría haciéndolo, ya no directamente, sino por medio del Espíritu Santo. Aunque en el contexto presente, podemos pensar también que lo seguirá haciendo cuando estén en la gloria celestial con él. Allí  seguirá enseñando las riquezas inagotables de Dios que habían sido suyas desde antes de la creación del mundo. Estoy seguro Amen.

Francis Suarez